miércoles, 21 de marzo de 2012

Etcétera

Me llevo las voces y las guardo en mis bolsillos.
Me siento.
Me vivo.
Me leo.
Me escribo.
Me extraño.
Me reencuentro.
Me pasan los días sin saber de mí.
Me siento sin vida y sólo mi mirada son las cicatrices de la luz que dejaste.
Sueños del tamaño exacto de mis almohadas.
Y vidas del tamaño justo para mis expectativas.
Expectativas sin luz.
Sin dueña.
Sin comienzo.
Sin final.
Sin salida.
Fuera de lo que me creía, fui.
Y fuera de lo que soy, me pierdo.
Desbordando nostalgia por la represa que forman estos párpados.
Y albergando la distancia en el lugar que forman mis brazos.
Le quedé pequeño al camino.
Y el camino le quedó grande a mis zancadas.
El tiempo me llovía en el rostro.
Mientras solía ser…

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