Ella, un paisaje algo mayor para estos pies intranquilos.
Algo extraño para este aventurero sin título y andante con
los ojos tan negros como la bruma.
Un poema tan dulce y maldito que atrapa a estos dos
personajes enamorados o algo estúpidos.
Sabiendo que la distancia no se acortará por más enamorados
que estén.
Sabiendo que aunque contentos, no les depara nada más que
esperar a su suerte.
Dejándose endulzar y enamorar por los encantos del otro,
dejan que la noche sea su única vidente y que los acompañe en cada viaje que se
hacen.
Ella, solo espera por el bandido que le robó su corazón,
exiliado al nacer de su lado.
El, un tonto iluso que cree todos los delirios que la vida
le vende, vuelve a atarse a un puente que solo le depara tristeza y un
sentimiento de desazón.
Solo ellos se entienden, solo ellos son distancia…